LA --BELLEZA --DE --LA --VIDA

¡La belleza de la vida, es aquella que me brinda el amor que mi alma necesita! Aquella que me da paz e inmensa armonía.  Es aquella que hace brincar mi corazón cuando veo en un niño una sonrisa. Es aquella, cuando veo en la cara del anciano, alegría.  Es aquella que me hace sentir enamorada de la vida.   Mas hay un suspiro en el aire un perfume que me mima, una boca que me besa, una brisa que suspira qué quiere hacerse poema. Cerca de las golondrina, muy cerca!... qué con sus alas batiendo, escriben alguna rima sin verso; y hasta miran un oasis, donde yo no puedo verlo. Allá a lo lejos, donde la caricia se nutre donde el amor es más que un beso.  Es un loco... muy loco sentimiento.   Canta, ríe, juega, danza, sueña, abraza y envuelve con fuerza en una inmensa corriente de pasión y de muchos Te quiero.  
                                               

Se va la tarde,

ella sueña que vuela

como las aves.

                                                           

Se alegran y se visten los campos de colores, con la sonata mágica del violín encantado. 
Cuando el sol asoma de entre las nubes doradas como oro mágico. También doran el alma por dentro cuando navega en un mar de olas calmas.   
También es bálsamo para mi memoria cuando se resfría.  Igual que la música es el embeleso de todo ser viviente de este Universo mal trecho donde agoniza la fe y la esperanza.   
Pero hoy no voy hablar de tristeza, el corazón me pide a gritos su contento.  Por eso hoy contemplo la armonía del campo del rojo manto de cielo y tierra de flores bellas, de reflejos como perlas donde brotan melodías que suben a mi entraña. 



Un hada, toca
una mágica sonata,  

es primavera.

La explanada

se viste de colores... 

engalanada.

 

El dulce violín 
suena entre las flores        
la tarde sonríe. 

        
                   

  ¡Esta es la belleza de la la vida que a mí me enamora! El amor grande y de grandes colores.
                                                      

   

El crepúsculo, 

en la inmensa quietud,  

surge la luna.

Mi embeleso,
en su dulce plenitud
el gran silencio.

Al árbol triste 

sus ramas han cortado,

frustrado sueño.

Arrullan las dos... 
Maizales en descanso,
granero ciego.

Mas las dulces palomas miran tranquilas, el mar y el cielo en su barandilla. 
Una se llama pureza, otra se llama armonía; y las dos son un mágico arrullo amoroso, de dos almas benditas. 

                      

Entre celajes del calmo y ancho mar,
descubre la bola de sol radiante,
   la gran luz que enamora,
que transporta en su hueco virginal 
el calor primaveral que no está lejos.
                                          

¡Estimados amigos!!!
Una vez más deseo que sean de vuestra agrado mis sencillas letras.
Gracias a todos/as por vuestra amistad y cariño.    Os quiero.  Un puñado de besos desde lo más profundo del alma.

13-2- 2015.
MARINA FILGUEIRA.
POTEVEDRA.