jueves, 21 de enero de 2021

ATARDECÍA.

Atardecía con calma
en las entrañas del día,
la nostalgia aparecía
para desnudar el alma.

¡Y las gaviotas dormían,
soñaban con alboradas
con las auroras aladas!
que tan hermosas lucían. 

 

 

I

Y cuando el sol se ocultaba
la sonrisa se escondía,
en el bosque que dormía
y los secretos guardaba.
La noche también soñaba,
y las estrellas brillantes
parecían diamantes
y bajaron de las lomas
los deliciosos aromas,
culminando los instantes.

 


II

El atardecer jugaba
con la luna que salía
coqueta resplandecía,
al astro sol desplazaba.
Y la meseta callaba,
fue una noche diferente...
mágica como un torrente
los grillos se despertaron
y sus cantos pasearon
por la senda de mi frente.


La noche es un barco que carga su proa de sueños, con aires de paz y de amor. Y navega sobre las olas mansas, de un mar dulce apacible, tan solo iluminado por los luceros del cielo. Un vaivén de sueños de pensamientos que peregrinos vagan por los viejos aleros de la entraña en el silencio de la almohada.  

Almohada que guarda mucha memoria que a veces me habla de rescatar pasos, esos pasos que dejaron sonriendo la huella.  pasos atrevidos que saben mirar adelante, pasos que fluyen como los ríos que cantan al pie de los abedules, mientras la vida no diga, para, que ya llegaste. 

21del 1de 2021.  Marina Filgueira García.

Estimados amigos, gracias mil veces gracias por vuestros agradables comentarios. Sois los remos de mi barca, sin ellos ya estaría anclada hace mucho tiempo.

Un puñado de besos y bendiciones para quien guste de las cosas sencillas