DEJADME EN LA ORILLA...

¡Dejadme ahí, 
en la vera de la campiña si! Dejad allí mis cenizas! En esa orilla del río en la verde ribera de aguas tranquilas y verde campiña  ¡No, no las llevéis al monte!   Como había dicho hace tiempo.  Cambié de pensamiento ya no me llama lo añejo.   Mientras tanto quiero
sanarme el cansancio de la vida y de mi cuerpo, quiero sanar mis fallos que me pesan si, me pesa como una losa oprimida. Quiero liberar la tristeza explorar mi camino, encontrarme conmigo misma con mi vitalidad de cerca. Aceptar que envejecer es bueno es vivir mucho tiempo.  Intento buscar herramientas y construir mi castillo de ideas y huir del cotidiano ruido que me ahoga. Quiero verme en el espejo del río, hablar con mi duende que me hagan revivir este sin vivir que tanto me inquieta y esclaviza sin saber a ciencia cierta cual es la causa.  ¿O si lo sé, y es mi corazón el que lo guarda?... 

¡Dejadme ahí con mi destino despajado de riquezas enjugada de la lluvia ya pasada! Bañada por la luz de mi quietud que amanece profeta en el camino acunando mi reposo mi latido mis noches y mis días. 
¡Dejadme que duerma!  A la sombra diáfana del árbol verde de la vida en el proceso de la misma en el tiempo que me espera.

 Haikus.

Verde ribera,

Primavera lozana,

se viste de luz.

Canta la hierba

La frescura y la dicha, 

se quedó muda.

Vuelan las aves,
despegan su letargo
suave se elevan.

¡Dejadme ahí! 
En la serenidad de la noche mecida por la brisa 
volar a otro lugar con la caricia de los árboles,
  la calidez y murmullo del río.  
Dejadme entre unas gotas de rocío, 
mientras mi corazón dormita su letargo 
en su cadencia detenido.

                              ¡Dejadme ahí!  Con mi soledad entre horizontes donde                                      resplandezca y me envuelva la cálida luz del crepúsculo.
 

                

Deseo que este vídeo sea de vuestro agrado.

El bello bosque. 
Reflejo de colores. 
En lago fresco. 

Todo en calma.
La entraña profunda.
Ya duerme feliz. 
Huele otoño,
Y llegan con la brisa,
 aromas y savia.
**********
Roza mis labios.
Satura mis sentidos. 
Mi vida goza.
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Junto al agua. 
Suele el hada gozar
Sus aventuras. 

 Verde contemplo el agua en el espejo del río dorado.


Foto de Juan Fuentes.

Las hojas de ciclos, me hablan de la vida y me recuerdan también que los años pasan aunque brote sobre ellas una bella margarita. 

¡Ella, con su centro rojo sus pétalos blancos!  Y yo me iré de puntillas ella se quedará si, se quedará en mi huerto lozano forrado de junquillo
 que resiste a los inviernos de la vida.

¡Estimados amigos!  Me está costando mucho pasar este tiempo invernal, me afecta        considerablemente siento que mis letras lleven condimentos melancólicos.                                                                 Pasará!...  Seguro. 

Terminaba en la entrada anterior: con éstas frases.  El poeta, cuando le duele el alma, también lloran sus letras.

Y sigo diciendo... 

El poeta,

Atraviesa la selva de silencios donde germinan los sentidos, recuerda la huella perdida y la busca aunque a veces la encuentre herida y el alma duela. 

Sin embargo, canta ríe sueña extiende la mirada y nutre su cofre fértil de esencia.   
¡Y aún con muchas contrariedades siente que la vida vale la pena vivirla porque es bella!  

Intuye el misterio que rodea la existencia y sin grandes acontecimientos la celebra. 

Recupera al instante aquella luz radiante de los abrazos recibidos y también dados.

Bucea en cada ángulo de la vida con pulso firme, en la búsqueda de un soplo de aire fresco que despierte su letargo y sin pelos en la lengua, tanto puede hablar de riqueza de sexo o de tristeza.

Se adentra en el ancho río donde navega su sentimiento embarcado al rescate de ricos vocablos atrapados en las compuertas. 

Aclara sus ideas arriba a la cercana orilla, Arriba a esa pequeña cala donde surge el amor, la palabra llega y escucha el eco vestido de gala saciado de ternura, quimeras y mira su estepa.

Mas canta el ruiseñor en su aposento donde la luna deja un claro que ilumina cada esquina del camino de su vida plena.

Marina Filgueira.

2016. 15 del 1.

Un puñado de besos para los amantes de las  cosas sencillas. Mil gracias a todos/as.