EL RINCÓN DE MIS DÍAS...

¡Oh mi árbol amigo,

que ha sido de tu ropaje! ¿Quien te ha desvestido, acaso la erosión del tiempo con sus tornados? No es justo, pero si, no pasa en vano.  Cae sobre nuestro hombros vencidos de hastío. 

Pobres huesos artríticos, ya no son míos ya no los siento. Se han vuelto hueros fríos.

Asomo de nuevo a este rincón de mis días salón de mis sueños,
 abro de par en par la puerta que siempre dejo entreabierta para sentir el soplillo de aire fresco que desprenden vuestras letras. 

Mil gracias por ellas.   Sos geniales.

Y ahora me dispongo a dejar las mías, voy a ver que sale de mi mente golfa un tanto cansada por el tiempo, no por el atmosférico sino por el que se ha ido paseando por mi vida.  
Asoma uno de tantos recuerdos en los prados y senderos de mis sentires de mis pensamientos ajustando una sonrisa procurando el equilibrio entre mis pasos y mi camino en el cual me topo con alguna encrucijada.

A veces se instala un abismo azabache una telaraña que atrapa y envuelve mi espíritu, no lo consigue se esfuma en un instante pues todo llega y todo pasa, acerca la euforia se va la desgana y echo mis sencillas letras a volar como los pájaros en sus cumbres de vigilia.

Siento estaciones primaverales donde fluye la belleza, el aroma a madreselva que se expande por los aires y cae en un altillo de verbos nacidos a pie de alboradas frescas y singulares donde brotan las hojas que asoman verdeadas a mi serdero cansino.

Las perseidas juguetean
por el cielo oscurecido,
y las estrellas platean
las refleja el sol querido.

La puesta de sol huyendo,
dejando un rastro rojizo
 el dorado va muriendo
pone su velo pstizo.

 

El dorado horizonte que embelesa y su resplandor coronado, refleja verbos del poeta en un bello atardecer con la sonrisa en mis labios. 
Se nutren mis ojos de
savia marina se afanan mis manos plasmando de prisa buscando certezas. 


Y el cielo se va vistiendo de gala y las estrellas fugaces corriendo ajenas a mí deseo, dejan estelas a su paso. 
En su carrera hacia el cálido ocaso por su sendero de escape buscando el momento de llenar un yermo espacio.
En este mágico atardecer de ensueño. El cual me relaja y sonrío, mas también le temo, por eso me dice hasta mañana con un aire colmado de embeleso.  
Con olor a mar a olas salinas a rivera encendida y un suave sonido en el silencio. Son las 0 horas.
Hasta mañana pues, le digo.  Me abandono al sosiego de un sueño tupido.
  

El sol que nace,
agranda su pupila
la vida ensalza.

Dora las hojas, 
mas la ardilla gatea 
entre las ramas.







Todo silencio,
encierra una frase...
Que no escuchas. 

Al fin sentimos
que el alma sensible,
sabe de llantos.

Destellos de sol
reflejan en el agua,
sembrado sueños.

En la senda cruzada,
vencida vuela
la calandria herida.

Canta el mirlo,
sospecha de fortuna 
nacen espigas.

Por fin ausente,
adiós melancolía
llega la tuna. 
´´´´´´´´´´´´´´´´´´

Os dejo este vídeo que a mí me gusta mucho, tanto por los actores como por la música.
Deseando de todo corazón, que sea de vuestro agrado también.




Marina Filgueira.

Pontevedra. 2015.

Un puñado de besos para los amantes de las cosas sencillas.

Os quiero.  Sos geniales.