RETENGO -EL -SOL- EN -MI -MANO.

¡Retengo el sol en mi mano!  Un racimo de luz para mi corazón que abre su puerta en una danza madura de sentimientos. Que no duerme ni reposa en su estancia a la hora del ocaso sin fronteras expandiendo el agua gris de las charcas del invierno.   ¡Si, retengo el sol en mi mano!
No se me escape sin darme cuenta, que me devuelva lo soñado en su momento que yace sin remedio embarrando mi mente huyendo día tras día quebrando mis pensamientos. 


¡Retengo el sol en mi mano!  Con el silencio apagado sin brisa iniciada ni nubes cargadas solo la calma ilustre del dorado de un crepúsculo de sueños invisibles.   De palabras qué van quedando por redactar.

¡Retengo el sol en mi mano!  Haber si encuentro en él, la fuerza el aliento, para decorando palabras que vuelen y canten como los jilgueros. 
¡Ya el viento ha despertado! Y se pasean las nubes frente al árbol de la vida quedando viejo y desnudo con el corazón partido llorando su desconsuelo, pues en él, ya no anidan los pájaros. 

¡Ay de mí, cuanto cansancio al borde de la vida! Al borde de mi pensamiento, al borde de una lágrima que a veces se adentra en el alma desnuda, hay de mí! El sol se me escapa de entre las manos y se acuesta en la cama de la noche. Se hunde se duerme el día. ¡Como se va hundiendo la vida en la batalla diaria entre las prisas de mil pasos!  Parando tan solo a ver la noche estrellada de luna llena, de sonrisas en medio del barullo cotidiano sin "sabores" ceniciento, avaro. ¡Mas aprieto entre mis manos! El amor la caricia que llevo dentro oculta en el desván de mi entraña para regalar a quien no la tubo nunca. 
Es un prado es un jardín florecido con riego de agua limpia que dan frescura a los sueños y a los pétalos lozanos de una rosa sencilla. 

Amigos, os dejo este vídeo con esa bonita melodía romántica que canta julio Iglesia, me trae un precioso recuerdo.    La bailamos abrazos, aún no hace tantos años, aunque a mí me parece que hay una eternidad. 

 
¡Y llega la melancolía que nace a la orilla mis labios! Al atardecer zarpado, presa del amor y su contagio, por eso la vida enferma de muerte porque todos amamos y queremos ser amados.  Ay ausente sueño de mis días, abrázame fuerte! Agárrate a mi alma ya no te alejes...  Sola y callada me tienes como la paloma posada en la rama seca que quiebra y rompe sus alas.  ¡Y muere, muere! De soledad que no desea.  
¡Y llega la melancolía que nace y queda indemne a la orilla de mis labios! Esperando de nuevo sus besos azules como antaño en el nido aquel que tanto amamos y, quedó sin luz en un momento dado quemando mis madrugadas. Perdurando en el tiempo un íntimo y fino dolor ya veterano.

                                                                 Todo me recuerda...

          ¡Todo me recuerda aquel ayer!...

El cielo ausente de nubes

aquel ocaso dorado

                                         el azul de tus besos,                                           

   el dulce tacto de tus caricias

  el aroma de tus gestos. 

                                             

       ¡Todo me recuerda aquel ayer!...

       Allí donde germinan las zarzas 

      las flores, la hierba los verbos 

     en aquel tul de amor, envuelta 

   y loca,
  enamorada de tu esbelta figura 
de tus robados besos,

 de tu sonrisa traviesa
y de tu pícara mirada,
de tu noble sentimiento.

   ¡Todo me recuerda aquel ayer!...

 ¡Un romance dulce como el cielo
pintado de estrellas, 
 fue lo nuestro un abrazo eterno

un ensueño para no olvidar
aunque pase el tiempo 
   aunque el hielo queme mi risa,
   quedan sueños y prados verdes 

que si! florecieron.

Un camino largo a recorrer que

tú y yo prometimos cuidar y

cuidamos con esmero.

  ¡Mas te fuiste a otro lugar lejano!

  dejándome el alma herida
y dolido el sentimiento.

¡Todo me recuerda aquel ayer!...

¿Cuantos recuerdos 
cuantos recuerdos?
Por los caminos de mi valle

contigo de la mano
nos sentamos? Me decías,
junto a nuestro árbol amigo
todo olía a madre selva
a pinos verdes
a eucaliptos
a verde hierba
a besos sin tregua
y cantaban los arroyos
en cascada de agua fresca.

Y hoy ya no vuela la paloma

   solo asoma su cabeza a la puerta

  cansada de la vida, sus alas rotas

  ya no aspira... mas piensa

    en lo que pudo haber sido

    Se conforma con ver pasar la vida,

     aprendiendo a envejecer con dignidad

   con un suspiro que sale de sus labio 
mas sin tristeza.

Aprendiendo a deshacerse 

de pesos inútiles sin agarrarse

a nada, pues nada se lleva

solo las manos limpias  
y llenas de cosas buenas 

merece la pena. 

Por eso va vaciando su mochila 

para hacer liviano el viaje-
y llegar junto a ti,

en algún atardecer de la vida.

MARINA. 2015.

Un brazado de bendiciones y puñado de besos para los amantes de las cosas sencillas. 

A todos/as, mil gracias por vuestra generosidad y perseverancia.     

Hasta septiembre si Dios quiere.  Mis estimados amigos, ser muy muy felices, este verano y siempre.
Os visitaré poco a poco