
Aquí con precaución recorremos el laberinto de volúmenes pasando el tiempo husmeando las páginas de antiguos libros y también contemporáneos los cuales se guardan como reliquias en un arca sin profanar. Aquí en silencio transitorio con apagados bramidos, existen ejemplares que huelen a antaño en esa distancia y casi olvido. Mi anhelo imperioso me estimula a frecuentar los andenes con sumo cuidado y el aliento reparador tratando de renovar y revivir los olores viejos de las hojas y dar vida a ese vocablo que el azar pone ante mis ojos amantes de la buena lectura. Es una gozada, todo un privilegio.
24-11-2008. Marina Filgueira.
Gracias a quien guste leerme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario