Tomo asiento en la muralla del atrio que rodea el convento de Lérez escribiendo estas líneas. Extiendo la mirada y desde este punto se divisa toda mi Pontevedra amada esta que queda a mi izquierda.
Luego Monteporreiro la pequeña ciudad en Mourente con su precioso mirador con sus calles y edificaciones sencillas pero abundantes. 
Es ésta una pequeña y bella ciudad rodeada de zonas verdes de bosque con abundante arboleda caraterítica en nuestra querida tierra que da al caminante un soplo de aire fresco.Y luego está la linda Avenida de Buenos Aires que así la bautizó Casimiro Gómez, en 1911. Un hombre de gran renombre.
El río Lérez transcurre en su remanso y ondea suavemente, en el reflejan los rayos del sol de la tarde sobre el agua danzarina figurando un mar de estrellas parpadeantes. El Lérez, complice de los idilios y de la vida, de pasiones compartidas en sus orillas como gotas de rocío cayendo sobre dos hojas verdes y amarillas prendidas del viejo árbol
El Lérez fluye remanso
y murmura dulcemente
me invita serenamente,
a tomarme un buen descanso.
En las tardes de verano
paseo por sus orillas,
unas cuántas florecillas
hacen la magia del llano.
Ya ensombrece la rivera
y los pájaros cantando,
en la tarde van dejando
nostalgias de primavera.
Amante de Pontevedra.
26-11-2008. Marina Filgueira.
Besos para quien me quiera leer.
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