domingo, 11 de enero de 2009

Un canto a mi poesía.

Soñé con ella una mágica noche, cuando en mi almohada dormía, llego a mi sueño desnuda y pobre,
pero yo la amé porque era pura y sencilla. ¡Si! La quise pobre y desnuda, porque ella ya era propiamente mía y de ella ya no quise separarme nunca.
¡Oh, mi compañera amiga poesía! Ella me acompaña a todas partes, es mi confidente mi mejor amiga, pasea por mi memoria a cada instante y, si pudiera de oro la vestiría, si alguna vez voy de viaje, ella se pone muy contenta pues siempre le pongo algún ropaje inspirada en algún paisaje voy arropándola de belleza, con la frescura de un verde valle la clara luna y las estrellas.

Una puesta de sol al caer la tarde, una melodía en la lejana vereda, el aroma que trae la brisa suave, ó con la belleza de una blanca gardenia. Algún confidente me cuenta su vida, los pájaros cantan en la arboleda y mi poema por mi cabeza desfila.

¡Oh mi poesía amiga y compañera! Ella sonríe cuando yo tengo alegría y llora cuando mira en mi tristeza. Pues ya tengo algunos años y la edad... si, ya me limita, pero yo proseguiré soñando con la ilusión infinita.

10-1-2009.  Marina Filgueira García.
Besitos para quien guste de leerme.

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